miércoles, 18 de enero de 2012

LOS DÍAS CONTADOS



Hoy me he acordado de ti.

Es una puta mierda acordarme de ti.

¿Sabes qué? no te mereces ni un segundo de mi tiempo. Creo que no te portaste bien conmigo, y sí, ya sé que yo no soy perfecta, que venía que me iba, que te contestaba, que no razonaba... ¿Pero sabes por qué hacía eso? Porque estaba enamorada de ti, y me acojonaba tanto la idea que no sabía que hacer para que desapareciera ese sentimiento.

Te lo dije una vez, tengo una capacidad casi magistral para controlar ese tipo de sentimientos pero me pillaste despistada, distraída, en otras cosas. Y me enamoré de ti.

Ahora sé que nunca estuviste enamorado de mí. Estabas enganchado a mí. Sexual y psicológicamente. Necesitabas tener a alguien a tu lado. Daba igual quién fuera y daba igual si estaba loca o desequilibrada.

El amor me desequilibra por eso no me gusta.

Sé que ahora estás enamorado de verdad y espero que te dure mucho, eternamente, porque no soporto la idea de que algún día puedas volver a aparecer en mi vida y no pueda ni sepa controlarlo.

Solo te pido una cosa, que alguna vez, solo de vez en cuando te acuerdes de mí, y que te arrepientas cada vez que sueñas que estás dentro de mis piernas todavía.

Buenas y solitarias noches desde mi bañera.


domingo, 15 de enero de 2012

CASI MELANCOLÍA




Viernes. Las 15:00 de la tarde. 

Subo andando hasta su trabajo ya de mala hostia. Siempre me pasa lo mismo. Toda la semana queriendo quedar con él y cuando llega el momento no sé si me apetece tanto. 

Sorpresa. Otra sorpresa. No para de sorprenderme. Aliviar mi antojo de comida basura en un restaurante fashion de comida rápida. Parecemos muertos vivientes. Bueno, más bien yo. 

Lo intento, de verdad que lo intento.... ¿Nunca os ha pasado que encontráis a la persona que siempre habíais deseado y luego resulta ser un auténtico coñazo? Y no es por él, es por mí. Lo que me conviene no me gusta. Así de claro. No hay mariposas, ni taquicardias, ya se me han quitado hasta las ganas de follar con él. Pero lo sigo haciendo.

Y lo hago por cobardía. Porque prefiero callarme que salir a buscar un nuevo día. Es egoísta, sé de sobra que detrás de ese día no hay nada. Pero creo que ahora mismo prefiero la nada.

Se mete en mi cama, y yo me hago la dormida. Pienso en como decírselo sin que le duela. No hay manera. Siempre duele. Mejor esperaré a mañana o a otro día. O mejor, haré todo lo posible para que me deje, ya lo hice una vez y funcionó. Solo que volvió y yo le dejé volver.

Domingo... 17:32 de la tarde.

Entre un frío polar pienso que de hoy no pasa... porque ya ni siquiera me queda lo último. Ni pena ni melancolía.

Saludos desde una bañera hirviendo.


jueves, 5 de enero de 2012

VOLVER A SER UN NIÑO




Esta noche tengo una cena de todo menos infantil (o al menos eso espero...), pero eso hoy no viene al cuento. La cuestión es que hoy me he propuesto salir pronto del trabajo después del maratón de esta semana.

Me he tumbado en el sofá y aunque no suelo ver Telemadrid (un tema de principios políticos) hoy he hecho una excepción. Y me he puesto a ver la agobiante aunque no menos impresionante Cabalgata de los Reyes Magos.

Y ver esas caritas, esos ojos llenos de ilusión, de inocencia, de ingenuidad... Y de repente me he puesto a recordar mis tardes viendo la cabalgata en mi casa... Y esas noches intentando mantenerme despierta para verles entrar por la puerta. El cubo de agua para los camellos, el turrón y la copita de lo que fuera para los Reyes... Y por la mañana el árbol repleto de regalos. Ahora pienso que he sido muy afortunada porque, a pesar de las dificultades de mis padres por aquella época, nunca me faltaron regalos. Luego a casa de mi abuela y otra vez el árbol lleno de regalos. Todos para mí, porque era la única nieta-sobrina y lo fui durante muchos años. Pero primero el roscón y el chocolate, y yo no podía esperar más.

Entonces no me planteaba si un camello podía subir cinco pisos sin ascensor o no, ni como era posible que les diera tiempo a repartir los regalos... Tampoco me lo planteo ahora. Por algo son magos, no?

Además, os voy a confesar una cosa... Estoy segura que una vez, hace muchos años, mientras me hacía la dormida, vi por el rabillo del ojo a Gaspar pasando por el pasillo. Yo me quedo con eso.

Feliz noche de reyes desde mi bañera.

martes, 3 de enero de 2012

EL DESPERTADOR



El despertador...

Todas las mañanas, totalmente estudiada su sincronización, mis dos despertadores hacen su trabajo.

El primero empieza a sonar a las 6.15. Este es mi despertador favorito. Uno a pilas, de los de tic-tac, tic-tac... hay gente que odia ese sonido. A mí me gusta. Por lo menos se oye algo en la habitación. 

6:20 y vuelve a sonar... "pi-pi-pi-pi-pi-pi". Es un poco insistente, pero sé que lo hace por mi bien. Es como si dijera: "Nena, ni se te ocurra quedarte dormida... No puedes perder ese trabajo". Le vuelvo a decir con voz somnolienta. Solo 5 minutos más.

La tercera vez es la definitiva. Lo apago. Solo faltan 2 minutos para que suene el otro. El otro no me gusta. No sé ni por qué lo he puesto. Es electrónico y da mucha luz. No me gusta la luz. Me recuerda que al otro lado de la cama no hay nadie. Este tiene dos opciones: o escuchar una radio que no sintoniza (cosa bastante desagradable) o una alarma tipo sonar que como te pille dormida te despiertas en un santiamén, pero eso sí, infartada.

La verdad es que me gusta tan poco ese despertador... No sé porque no lo quito. Bueno, si lo sé, el otro a pesar de ser dulce me falló una noche y me quedé dormida. Como odio su sonido siempre me levanto antes para no tener que escucharlo. Es curioso huir de un despertador.

Y es en ese momento. a las 6:32, cuando me pongo en marcha... Desde ese momento hasta en el que me meto en mi bañera no dejo de escuchar alarmas. Pitidos de coche. El torniquete de fichar. El teléfono. El ordenador. El teléfono. El microondas. Teléfono. Ordenador. Pitidos de coche.

Ahora que pienso, quizás la alarma del despertador es lo más agradable que oigo en todo el día.

Saludos desde mi bañera.


lunes, 2 de enero de 2012

EL LADO SALVAJE

"Recuerda que lo primero que hay que hacer es darle al play"



Ya está aquí. 2012. Quién lo iba a decir...

Y también están aquí mis 30... Bueno,  a decir verdad se aproximan los 32.

Esta tarde, después de un día de mierda de trabajo me he ido a dar una vuelta con el coche, y de pronto ha empezado a sonar esta canción. Creo que es la primera vez que he sonreído con ganas este año. Es día 2, no está tan mal.

Mientras Lou Reed sigue cantando para mí pienso en propósitos que marcarme este año y de momento solo tengo uno: dejarme llevar.

Bueno, y el de ser sincera conmigo misma, ya que sé de sobra que no voy a ir al gimnasio, ni voy a aprender inglés, y no quiero ni oír hablar de dejar de fumar.

Una cosa son los propósitos y otra muy diferente los deseos. Yo deseo enamorarme. Pero enamorarme de verdad, no hablo de pasar el rato, que es lo único que hago últimamente. Hablo de cosquillas en la tripa, de arritmias, de volverse loca. Eso me apetece.

La gente está alterada. Supongo que es el síndrome típicamente español de dejar las compras para última hora. Yo he aprovechado y he comprado el último regalo. Unas zapatillas para mi madre. Sé que no es un regalazo pero es lo que tiene ser mileurista e hipotecada.

Por lo menos tengo trabajo. Supongo que es la frase del año y señoras-señores, me pone de muy mala hostia. Si, tengo trabajo, pero un trabajo de mierda, que conste.

Menos mal que hoy Lou Reed me ha sacado una sonrisa y algún que otro tarareo. Me la voy a poner una vez más mientras estoy en mi mejor momento del día.

Saludos desde mi bañera.